Tengo una cierta esperanza de que, con lo que en suma sé de mi arte, llegará un día en el cual produciré, aun cuando sea en el asilo. ¿De qué me serviría la vida ficticia de artista en París, con la cual no viviría engañado más que a medias y para lo cual me falta además, la audacia primitiva indispensable para arrojarme?