Escrita en 1837, “La casa de Nucingen” es considerada por la crítica como la novela más venenosa de “La comedia humana” y forma parte del tomo centrado en la temática de las altas finanzas.
"—Puedo concebir que una mujer rica le haya solucionado la vida a Rastignac, y se la haya solucionado bien; pero ¿de dónde sacó su fortuna personal? —preguntó Couture—. Una fortuna tan considerable como la que tiene hoy en día debe haber salido de alguna parte. Y nadie lo ha acusado nunca de que se le hubiera ocurrido un buen negocio.
—Heredó —dijo Finot.
—¿De quién? —dijo Blondet.
—De los tontos con los que se fue encontrando —añadió Couture.
—No se ha quedado con todo, hermosos míos —dijo Bixiou—:… Reponeos de un espanto tan grave.
Vivimos unos tiempos muy amigos del fraude.”
Godofredo de Beudenor, un antiguo diplomático, desea pasar página en su vida y empezar de nuevo. Por eso, decide vender sus propiedades y confiar su capital a Nicingen, famoso banquero parisino de origen alsaciano. Poco después, durante un baile en casa de Nucingen, Godofredo conoce a Isaura d’Aldrigger, la huérfana de un banquero alsaciano con el que Nucingen empezó su carrera.
Godofredo e Isaura se enamoran y deciden casarse y continuar viviendo sin preocuparse por su futuro financiero, el cual parece estar en las buenas manos de Nucingen. Lo que Godofredo no se imaginaba es que Nucingen estaba preparando uno de sus golpes para vaciar su casa y desaparecer sin dejar rastro.
Esta obra ofrece un retrato fiel del mundo financiero parisino y tiene gran valor documental. Además, se trata de un texto representativo del mundo que Balzac creó con su comedia humana, ya que está repleto de personajes clásicos y prevalentes en la obra de Balazac.
La mansión Nucingen fue llevada a la gran pantalla en 2008 a manos del cineasta francés Raoul Ruiz.
Honoré de Balzac (1799–1850) fue un escritor y dramaturgo francés. Escribió sobre el panorama francés post-napoleónico y sobre la vida francesa.