La máquina del tiempo

Los criterios que definen la historia para nosotros son exclusivamente eurocéntricos

emprender el inventario de las tierras y de las rentas que éstas producen. Se interesa en las leyes, las lenguas, la religión y, por tanto, en la historia para comprender los engranajes de este subcontinente inmenso y descubrir por cuál cabo tomarlo. Se recopilan los materiales, se reúnen las fuentes13 y se esboza una primera historia de la India del Sur: Sketches of a History of South India (1810-1817).

Y estos países, confrontados con un pasado, un presente y un futuro concebidos a la europea o simplemente seducidos por la modernidad que proyecta esta manera de pensar, reciben (o adoptan) una historia que interiorizan a medida que avanza la occidentalización del mundo y que la mundialización europea remodela los espíritus y los imaginarios

producir “estos signos que buscan, inciertos, su perduración”

el modelo evidente de la intervención divina en la historia”

Historicizar todo era, a la vez, fabricar tiempo histórico e imponerlo a las otras sociedades del globo como una noción universal

nuestra manera propiamente europea de remontar el tiempo y construir el pas