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Pedro Lemebel

Tengo miedo torero

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  • Daniel Chazarifez uma citaçãohá 3 anos
    Cuando se juega al amor, siempre existe el riesgo de equivocarse, siguió recitando como sonámbula, sobre todo cuando hay muchos que no saben jugar
  • Danmgfez uma citaçãohá 5 anos
    Sería más fácil partir, dejando quizás un pequeño charco de llanto, una mínima poza de aguada tristeza que ninguna CNI pudiera identificar. Porque las lágrimas de las locas no tenían identificación, ni color, ni sabor, ni regaban ningún jardín de ilusiones. Las lágrimas de una loca huacha como ella, nunca verían la luz, nunca serían mundos húmedos que recogieran pañuelos secantes de páginas literarias. Las lágrimas de las locas siempre parecían fingidas, lágrimas de utilería, llanto de payasos, lágrimas crespas, actuadas por la cosmética de la chiflada emoción.
  • Esperanzafez uma citaçãohá 2 meses
    En sus mañanas de ventanas abiertas, cupleteaba el «Tengo miedo torero, tengo miedo que en la tarde tu risa flote».
  • Andrés Gordofez uma citaçãohá 3 meses
    Si la vida fuera una película, sólo faltaría que una mano intrusa encendiera la luz
  • Andrés Gordofez uma citaçãohá 3 meses
    la escenografía en cinerama para un necio final. Cómo le hubiera gustado llorar en ese momento, sentir el celofán tibio de las lágrimas en un velo sucio cayendo como un blando y lluvioso telón sobre la ciudad también sucia. Cómo le hubiera gustado que toda su enjaulada pena rodara fuera de ella en al menos una gota de amargura. Sería más fácil partir, dejando quizás un pequeño charco de llanto, una mínima poza de aguada tristeza que ninguna CNI pudiera identificar. Porque las lágrimas de las locas no tenían identificación, ni color, ni sabor, ni regaban ningún jardín de ilusiones. Las lágrimas de una loca huacha como ella, nunca verían la luz, nunca serían mundos húmedos que recogieran pañuelos secantes de páginas literarias. Las lágrimas de las locas siempre parecían fingidas, lágrimas de utilería, llanto de payasos, lágrimas crespas, actuadas por la cosmética de la chiflada emoción.
  • Andrés Gordofez uma citaçãohá 3 meses
    Entonces encendió un cigarro y subió al altillo para ver ese horizonte gris con los ojos de un desahuciado. Y sentada frente a esa perspectiva, dejó escapar motas de humo, preguntándose: ¿Cómo se mira algo que nunca más se va a ver? ¿Cómo se puede olvidar aquello que nunca se ha tenido? Tan simple como eso. Tan sencillo como querer ver a Carlos una vez más cruzando la calle sonriéndole desde allá abajo. La vida era tan simple y tan estúpida al mismo tiempo. Ese panel de ciudad en ciento ochenta grados, era
  • Andrés Gordofez uma citaçãohá 3 meses
    La mañana de ese día cortaba los espacios de la casa con biombos de luz dorada que repartían los ambientes en acuarios traslúcidos
  • Andrés Gordofez uma citaçãohá 3 meses
    Andar y andar por el cemento reblandecido de la ciudad, hundiéndose hasta la rodilla en un mar de alquitrán, de cuerpos, huesos, y manos descamadas que lo tironeaban desde el fondo hasta sumergirlo en la espesa melcocha. Ese barro ensangrentado le taponeaba las narices, lo engullía en una sopa espesa avinagrándole la boca, asfixiándolo en la inhalación sorda del pavor y la violenta taquicardia que le mordía el pecho, que lo hizo bramar con desespero el aullido de su abrupto despertar, sudado entero, temblando como una hoja, con los ojos abiertos a la cara de su mujer
  • Andrés Gordofez uma citaçãohá 3 meses
    La ciudad, zumbando en la película de la ventanilla, le pareció más cálida al descender del Barrio Alto como en un tobogán de acarreo humano por el laberinto de avenidas.
  • Andrés Gordofez uma citaçãohá 3 meses
    ebrios, eufóricos, no sólo de alcohol, más bien de orgullo, de un soberbio orgullo que vomitaban en sus palabrotas de odio. En su ordinaria flatulencia de soltarse el cinturón para engullir las sobras. Para hartarse de ellos mismos en el chupeteo de huesos descamados y visceras frescas, maquillando sus labios como payasos macabros. Ese jugo de cadáver pintaba sus bocas, coloreaba sus risas mariconas con el rouge de la sangre que se limpiaban en la carpeta. A sus ojos de loca sentimental, el blanco mantel bordado de amor lo habían convertido en un estropicio de babas y asesinatos. A sus ojos de loca hilandera, el albo lienzo era la sábana violácea de un crimen, la mortaja empapada de patria donde naufragaban sus pájaros y angelitos
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