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Lizeth D

Cora Reilly – Born in Blood Mafia Chronicles 0.5

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Impressões

  • Karina Vallicompartilhou uma impressãoano passado
    👍Vale a leitura

    Linda historia, creo q lo hizo esperar mucho a Luca...

  • Rayen Andreaaacompartilhou uma impressãohá 2 anos

    No se como explicar lo adictivo que fue este libro, lo leí en tan solo un día, la verdad no tenía expectativas altas, pero me sorprendió, fue un libro muy entretenido y muy fácil de leer.🌿
    Luca vitiello es un verdadero capo, le queda perfecto ese cargo, leer todo desde su perspectiva me ayudo mucho a comprenderlo, a entender sus acciones (no todas) y porque es tal cual es, me gusta su personaje como protegía a su esposa ante todo.🖤
    Ame a Aria la protagonista, sufrí con ella en todos sus malos momentos, como también sentí su felicidad en ella, me hubiera gustado un poco mas de desarrollo de su personaje, pero aun así me encanto.🩵

  • vannecompartilhou uma impressãohá 3 anos

    m gustas luca

Citações

  • Brittany Funesfez uma citaçãoano passado
    Aria contuvo el aliento cuando la llené por completo, mis bolas descansando contra sus nalgas firmes. Acuné su cabeza, sosteniendo su suave mirada cuando comencé a embestir en su interior a ritmo lento y cuidadoso. Su cuerpo aún se tensaba de incomodidad, pero podía sentir sus paredes aflojándose a mi alrededor lentamente. Me estrellé un poco más fuerte contra ella, pero el estremecimiento inmediato de Aria y la forma en que sus dedos se clavaron en mis bíceps me hicieron ir lento otra vez.

    Esta noche no se trataba de follar duro y con ira. Presioné mi boca contra su oreja.

    —Me encanta tu sabor, principessa. Me encanta cómo montaste mi maldita boca. Me encanta mi lengua en ti. Me encanta tu coño y tus tetas, y me encanta que eres toda mía. —Seguí embistiendo lenta y constantemente, mientras le susurraba al oído, diciéndole exactamente lo mucho que me encantaba devorarla. Y maldita sea, funcionó. El canal de Aria se volvió más resbaladizo y mi polla se movió más fácilmente dentro y fuera de ella.

    Mi dedo encontró su clítoris y comencé a burlarlo. Aria gimió, el placer reflejándose en su rostro.
  • Brittany Funesfez uma citaçãoano passado
    Aria me observó, luego tomó su propio café y caminó hacia el taburete. Su andar fue ligeramente torpe y, por supuesto, tanto Romero como Matteo se dieron cuenta. Como mafiosos, nos habían enseñado durante años a notar el cambio más leve en el comportamiento de los demás, ya que eso generalmente significaba peligro.

    Aria notó su atención y se puso de un color rojo brillante, sus ojos lanzándose hacia mí, después bajaron a sus manos aferrando la taza rápidamente. Una sonrisa curvó mis labios. Era jodidamente linda cuando estaba avergonzada.

    Romero entrecerró los ojos confundido, pero Matteo me dio su puta sonrisa de tiburón.

    —Veo que finalmente has dado un paseo por tierra sin descubrir —dijo.

    Aria dejó su taza con un sonido sordo, su expresión cayendo en horror abierto.

    Iba a matar a Matteo.

    —¿Por qué no mantienes tu puta boca cerrada? —gruñí. Hirviendo, contemplé a Romero, intentando evaluar si había entendido el estúpido comentario de Matteo. La expresión de Romero lucía cuidadosamente en blanco, pero no me estaba engañando. Sabía exactamente lo que había querido decir Matteo, especialmente considerando el comportamiento de Aria. Maldición.
  • Brittany Funesfez uma citaçãoano passado
    —En una escala del uno al diez, ¿cómo de duro fuiste? La verdad —preguntó Aria con voz burlona.

    Consideré mentir, pero por alguna razón no quise hacerlo. Quería que Aria supiera la verdad sobre cada aspecto de mí, lo malo, lo peor. Ni siquiera estaba seguro de por qué. Nunca me había molestado en compartir algo con nadie, excepto con Matteo.

    —Dos —respondí, observándola de cerca mientras lo hacía. Ella se tensó, el shock destellando en su rostro. Fui tan amable con ella como era capaz de serlo. Nunca había estado tan cerca de alguien mientras tenía relaciones sexuales, nunca había ido tan lento, ni había intentado prestar atención a las expresiones faciales de una mujer para asegurarme que estaba bien.

    —¿Dos?

    —Tenemos tiempo, seré tan amable como necesites. —Mierda, y era la más pura verdad de Dios. Si Aria lo necesitaba, iría por la rutina vainilla durante meses.

    Aria sonrió de una manera que me atravesó por completo. Era una mirada que quería ver tan a menudo como fuera posible.

    —No puedo creer que Luca, El Tenazas, Vitiello haya dicho “amable”.

    Mis hombres no lo creerían si alguien les dijera que podía ser amable. Y mi padre, mi maldito padre, perdería la razón. Me exigiría que me hiciera crecer un puto par y obligara a mi esposa a golpes a someterse. Nunca había entendido que no mostraba fuerza abusar de alguien que no podía protegerse a sí mismo, alguien destinado a estar bajo tu protección. Un hombre debería saber a quién tratar con cuidado y a quién aplastar. Toqué la mejilla de Aria y me incliné, murmurando:

    —Será nuestro secreto. —Tenía que serlo. Nadie podía saberlo. Si mi padre consideraba a Aria un riesgo para mi crueldad, la mataría de inmediato. Y yo terminaría con su miserable vida, le mostraría la misma veta sádica que había corrido profundamente en mis venas, pero eso no salvaría a Aria.

    Nada jamás le pasaría a ella. No mientras estuviera vivo. Mataría a cualquiera que se atreviera a considerar lastimarla.

    Aria asintió, su expresión suavizándose.

    —Gracias por ser amable. Nunca pensé que lo serías.

    —Créeme, nadie está más sorprendido que yo de esto —dije. La amabilidad no estaba en mi naturaleza, nunca lo había estado, y dudaba que alguien más que Aria alguna vez la experimentara.
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