La ética de la crueldad

Si alguien me lo reprocha diré que la escritura no es nunca culpable, como no lo pueden ser los pensamientos: todos hemos asesinado en nuestra imaginación

Una característica frecuente de lo épico es que, aunque narre un esfuerzo colectivo por conseguir un fin, ese esfuerzo se encarna en unos pocos personajes que se nos presentan de manera más detallada –su historia, su psicología, sus tragedias íntimas– para que el lector pueda identificarse con ellos.

épica suele ser la invención literaria de la que se alimentan el patriotismo y las construcciones ideológicas nacionales: el poeta o narrador épico escribe al servicio de una visión política de la realidad que destaca el carácter positivo de ésta

creo que existe algo más allá del astillero, que en medio del moho y el óxido hay genuinos momentos de fulgor. Que sean efímeros, condenados a la desaparición, no los vuelve inexistentes. En todo caso, los vuelve aún más preciosos.

las descorazonadoras reflexiones de Larsen no me queda más remedio que mirar mi propia vida, entender también cuánto hay en ella de simulacro: empiezo a observarme a mí mismo y a ser consciente de cuándo actúo, de cómo, dependiendo del contexto, me convierto en un personaje inventado por mí mismo:

Leer a Onetti es necesario como tomar un medicamento particularmente amargo. Puede que nos desagrade al ingerirlo, pero sabemos que a la larga nos hará bien.

lo que nos suceda carece de significado aunque a menudo nos esforzamos por interpretar lo sucedido.

Para quien usa la literatura como evasión el final abierto es una agresión directa, ya que remite no a ese mundo seguro de los libros sino al de la vida real a la que el lector quería escapar

, a veces, dan ganas de volver a abrir los ojos. De volver a mirar allí donde no alcanza la luz cegadora de la publicidad. Y de asomarse a libros que prefieren los abismos a volar en la business class de las listas de más vendidos.

cuestión que todo escritor, y todo lector, debe plantearse antes de empezar un libro cruel es: ¿quieres mirar o prefieres seguir confortablemente transitando sólo por las aceras iluminadas? La pregunta es legítima, cualquier respuesta también.