Frágiles

Es como si todo lo externo estuviera en el aire y encerrados solo quedaran la locura o la lectura.

Moverse en el trance de provisionalidad, migración y precariedad, pero también en la actividad y la búsqueda, es lo que caracteriza a muchas personas en el mundo contemporáneo

Es mentira que podamos elegir, no somos libres para la culpa. Porque decidas lo que decidas te quedará la presión de lo que tú deseas y de lo que la tribu y la cultura te reclama.

i el mundo fuera justo no habría nortes y la vida esférica del planeta nos ubicaría a todos en lugares relativos.

pero es la socialidad lo que hace humana la vida, una socialidad con cuerpos adjuntos y frágiles, que enferman o padecen y necesitan la mano y la espalda del otro.

Y aunque es fino ese aliento, en él puede diferenciarse el ritmo mantenido del aire domesticado por los pulmones y dibujado en una gráfica de montañas que quien sucumbe no podrá visitar, frente al valle muerto de una línea derrotada que solo sabe emitir un sonido, un pitido al que sigue el silencio estático que convierte el cuerpo en cosa.

Un ejercicio inverso a la normalización por la que el mundo se nos vuelve un fondo acostumbrado que en nada pellizca y mínimamente perturba.

Enraizamos la cultura del sacrificio y la culpa, del deber cumplido como algo sumiso, evitando mostrar el deseo por miedo a

y exceso, más desplazamiento contaminante, más entretenimiento en la impostura perdiendo intimidad y vida política

pero ¿no cree que la época no puede aguantar más sobreproducción ligera, más residuo y práctica caduca, más abaratamiento sostenido en la esclavitud de la invisible y clasista producción primera, más fragmentación