pregunto cuál es la fórmula secreta para que dos almas conecten. Si es algo puramente químico o más bien emocional, si nacemos con esa conexión ya intrínseca en nosotros o si se desarrolla con el tiempo, y cómo es posible que, incluso aunque las tomemos de manera instintiva, nuestras decisiones siempre nos conduzcan hasta aquello que está destinado a ser. Hubo algo en el Connor de doce años que lo animó a escribir ese último punto en su lista sin saber que, años más tarde, la cumpliríamos juntos. Quizá eso sea el amor. Cuando llega, lo sabes, aunque no seas del todo consciente de ello.