Una corona de mentiras

den montar un espectáculo. Habrán enviado soldados desde otra ciudad.

oce mi poder. Mi abuela se aseguró de ello.

La reina no estaba nada contenta de que

elo. El miedo por mi hermana, que he enterrado desde que Reven me raptó, ya que no había nada que pudiera hacer al resp

o un largo suspiro y miro alrededor, tratando de centrarme en algo, cualquier c

e entiendo por qué estás irritado.

Solo que su expresión no parece irritada, sino e

ededor.

–No, que yo sepa. –Se aclara la garganta–. Aunque tampoco es que yo sepa gran cosa, y eso es una razón más por la que sería útil conseguir ese libro

Nos abrimos camino a través de la aldea hasta uno de los

un vistazo a todas las caras curiosas que nos rodean, y se encoge de hombros con un suspiro silencioso. Puedo sentir cómo carga con el peso

Necesito distraerme.

Los aldeanos a nuestro alrededor se quedan inmóviles, y

la escalera del árbol, de nuevo interponiéndose entre la caída y yo. Eso me pilla con la guar