Dios merece el reconocimiento de todo lo que Él ha creado. Saber que existe un Creador cambia toda nuestra opinión y nuestra perspectiva. Debe inspirarnos a honrarle más de lo que podemos honrar a una mujer o a un hombre por cualquier logro humano. Además debe provocarnos a buscarle, a desear sinceramente una relación con Él.