Los valientes están solos

El día de la lechuza. ¿Qué entendió entonces de la mafia y qué entiende hoy, en 1982?

A esta pregunta sí puede respo

Ettore de Maria Bergler,

Falcone aprendió de Motisi y del juicio a Licari dos hechos ciertos. El primero: investigar los movimientos de dinero es fundamental para luchar contra la mafia.

No es la primera vez que ocurre. A menudo, en las fiestas, Giovanni se aparta y observa. Hay quien dice que más bien «escruta», como si reflexionara sobre algo que, sin embargo, nunca dice, que se guarda para sí. Hasta que, de pronto, suelta alguna ocurrencia y se une de nuevo a la fiesta.

Es un trago amargo para Falcone. Está haciendo lo posible por olvidar y, en general, lo consigue. Pero no siempre es fácil. Aunque da muchos pasos hacia delante, a veces tiene que dar uno hacia atrás

Los Grupos Proletarios Organizados reivindicaron inmediatamente el atentado, pero hay sospechas de que los asesinos son otros. La Torre estaba elaborando una proposición de ley que introducía el delito de «asociación mafiosa», un tipo más detallado que el de «asociación criminal», y que contemplaba, por ejemplo, la incautación de los bienes de la mafia

Cuando la vista se cansa, puede traicionarnos.

En el garaje del barrio de la Kalsa al que Tom Sing Sing lleva tiempo sin ir hay hoy mucha humedad y todo se vuelve absurdamente pesado. Incluso levantarse, abrir el frigorífico y coger una cerveza les cuesta un gran esfuerzo a los mafiosos de Stefano Bontate.

—¿Querías flagelarte, como buen católico?

—Quería recordarle que tenemos que sustituir a La Commare porque, tras el dictamen del Consejo Superior de la Magistratura, hay que nombrar a otro juez de primera instancia. Pero ni me ha dejado hablar. Me ha dicho que estamos llevando la economía de Palermo a la ruina.

—Ah, ¿ahora se llama así, economía?

—Y me ha pedido que te cargue de procesos de poca monta para que hagas lo que hace un juez de instrucción

Bruno Caruso. En primer plano se lo ve a él, el juez, con corbata y gafas de sol.