Revolución

La primera es el «capital humano», como dicen los economistas; es decir, la educación y la formación. Una vez más, inversión en la escuela, en la enseñanza superior y en la investigación, pero también en formación continua, que es absolutamente decisiva

El segundo aspecto prioritario para la inversión pública es la transición ecológica. Si algunos siguen velando sólo por sus intereses a corto plazo, nos encaminamos hacia el desastre. Esto es patente en el campo de la energía, en el que las empresas y los ciudadanos que hacen lo correcto no son espontáneamente recompensados por el mercado.

La tercera prioridad es el despliegue de la fibra óptica en toda Francia. Después del ferrocarril, la electricidad, la televisión y la telefonía, se trata de una tarea nacional como ha habido pocas en nuestra historia. Es particularmente vital para los territorios más aislados. En la actualidad es indispensable para modernizar rápidamente toda nuestra economía y hacerle dar un paso tecnológico crucial

Retomar el sueño productivo de nuestro país es también un imperativo social. No sirve de nada afirmar que en Francia no deseamos abandonar a los más débiles si, al mismo tiempo, dejamos ir a la deriva a la industria francesa sin parpadear. La verdadera prosperidad se genera produciendo primero y repartiendo luego, porque sin producción no hay «modelo social»

La verdadera igualdad no es la que está inscrita en la ley. Es la que realmente nos pone a todos en la misma línea de salida. La que da a los individuos, a todos los individuos, las armas para tener éxito en la escuela, en el trabajo, frente a la sanidad, a la movilidad o a la seguridad.

Desde hace treinta años, tanto la izquierda como la derecha defienden un sistema que promueve la uniformidad, lo indiferenciado, la masificación. Yo no creo en el igualitarismo que hace que el triunfo de otro se convierta en una ofensa insoportable. Al mismo tiempo, la izquierda y la derecha han creado derechos sin contenido, derechos a crédito, dando a entender que era el sentido del nuevo progreso