¿Para esto te amamanté yo misma sin osar ponerte una chichigua? Te has indigestado de mi leche india. Te he contagiado de la inconformidad de siglos. Asimilaste de mi cuerpo la historia de esta tierra y desechaste los mandamientos que quise inculcarte: no mentirás; obedecerás a tus mayores; huirás de las malas compañías; no harás cosas buenas que parezcan malas… Pero el mal y el bien se han echado a dormir juntos en estos tiempos, ¿quién podrá desenredarlos?