Los hijos del rey

Toulouse amenazó con contar sus secretos, y Gris se vengó cortándome la lengua.

Hice un voto y lo cumpliré. Además —dije—, estas chicas parecen pájaros.

Estas chicas no son Lou.

Tu deseo ha sido concedido, Louise le Blanc. Las Dames rouges se unirán a ti en Cesarine, y yo misma le arrancaré el corazón del pecho a tu madre.

cerrar los ojos no hará que los monstruos no te vean. Solo te dejará ciega.

Soy poco práctica e improbable, pero nunca imposible.

Absalón la había seguido.

—Cuidado, Nicholina. Lou está bajo la protección de mi tía. Reid está bajo la mía.

Yo solo… No quiero ser una carga.

—No deberías haber hecho eso por mí.

—Haría cosas mucho peores por ti.

No tuve elección —terminó, con una voz tan hueca como sus ojos—. Eras tú o ellos.