Deseo de ser árbol

El que a mí se acerque

podría aplacar el hambre,

arrancar de mis extremidades algo bello.

Cada vez que muerdas un fruto, entonces,

me estarías llevando contigo,

jamás marchitaría.

Lo que quede en tu boca, piensa,

sería eterno.

Deseo de ser árbol, deseo de persistir

en el jardín de otro

sin invadirlo,

¿es orgullo o es terror ese destello en tu ojo?

Así me enseñas a jugar a la vida y a la muerte,

me enseñas que madurar es aguantar

la respiración sin sentir temor.

Mi abuelo amaba las flores.

Cuando me hablaba, de su boca

salía polen. Así me bendecía.

Mi abuelo envuelto en llamas en un sillón

parecía hablarme de la vida,

parecía decirme:

mira, qué poco dura,

pero cómo resplandece.

Te he besado fuerte los ojos

y he aceptado olvidar tu nombre

como tú olvidaste el mío, abuelo.

Tiendo la mano al cielo vacío.

Debería envidiar del pájaro el vuelo

y no su muerte temprana.

La soledad tiene nombre de jardín

De todas las formas de amar,

aprendimos que siempre hay

algo dulce, hermoso,

sagrado en el dolor.