El problema de los Tres Cuerpos

También creo que las historias más destacadas y bonitas que ha creado el ser humano no han sido contadas por los poetas o los novelistas, sino por la ciencia.

Aquel trisolariano al que se le ocurrió tildar a los humanos de insectos olvidaba un hecho: los insectos jamás han sido vencidos.

resultaría más apropiado decir que el universo encierra sabiduría o inteligencia.

Era la primera vez que veían materia que no estaba formada por átomos: las sedosas hebras no eran más que pequeñas porciones de un protón.

Cuando las ideas no científicas prevalezcan sobre el pensamiento científico, se abrirá la puerta que conduce al colapso de todo su sistema de pensamiento científico.

También le pareció ver en él la metáfora de un gigantesco puño de metal que iba a pasarse la eternidad propinando ganchos contra el universo cruel, entonando silenciosamente el grito de batalla de la indómita civilización trisolariana.

Dios es un jugador sinvergüenza, ¡y nos ha abandonado!

Si hasta un sistema tan sencillo como el del problema de los tres cuerpos resulta ser un caos impredecible, ¿qué esperanza tendremos de descubrir las leyes del complicado e insondable universo?

Un pobre hombre lleno de fe en Dios, a pesar de haber sido abandonado por Él.

Ahora ya conoces el propósito del juego: se trata de emplear nuestro intelecto para analizar todos los fenómenos y determinar la ruta del sol. De ello depende la supervivencia de la humanidad.