Reconocer el estrés y sus síntomas nos ayuda a aceptar que ha llegado el momento de pararse, reflexionar sobre la situación y plantearse algunas preguntas: «¿qué me está pasando?, ¿por qué me estoy volviendo tan intolerante?, ¿por qué he perdido las ganas de hacer las cosas?, ¿qué le ha sucedido a mi sentido común?».