Mi amor de Wattpad

Eres un poeta sexy —murmuré a regañadientes.

La sonrisa de Evan se hizo más grande.

—¿Y? —insistió.

Dilo. —Su tono era amable, pero exigente.

—Y yo soy completamente tuya

—Mientras me dejes besarte, supongo que puedes llamarme como quieras.

Sé que es mucho rosa, pero ¿qué te digo? —Se encogió de hombros—. Soy una chica convencional.

«La locura es hacer lo mismo una y otra vez, y esperar resultados distintos».

Evan no iba a besarme. Quería que yo lo besara, para así estar libre de culpas por haberme incitado de nuevo. Él quería que yo cruzara la frontera de la amistad que él había dibujado entre nosotros, la cual se agujereó cuando dijo aquello de «eres mía», pues, hasta donde yo sabía, los amigos no son propietarios de sus amigos.

¿Adónde iba con todo esto?

Evan no iba a besarme. Quería que yo lo besara, para así estar libre de culpas por haberme incitado de nuevo. Él quería que yo cruzara la frontera de la amistad que él había dibujado entre nosotros, la cual se agujereó cuando dijo aquello de «eres mía», pues, hasta donde yo sabía, los amigos no son propietarios de sus amigos.

Evan no iba a besarme. Quería que yo lo besara, para así estar libre de culpas por haberme incitado de nuevo. Él quería que yo cruzara la frontera de la amistad que él había dibujado entre nosotros, la cual se agujereó cuando dijo aquello de «eres mía», pues, hasta donde yo sabía, los amigos no son propietarios de sus amigos.

¿Adónde iba con todo esto?

—¡Poetonto oscuro! —exclamé en tono juguetón.

—Escritora cursingenua —dijo y me sacó la lengua.

No le envíes mensajes. No lo busques. De ser posible, ignóralo. Será para él como un balde de agua helada porque nunca has sido así con él. Siempre has estado ahí, así que necesita pensar que te ha perdido. Así volverá a ti por su propio pie.

—¿Y si no lo hace? —suspiré con tristeza.

—Entonces, por desgracia, tendrás que dejarlo ir, porque será obvio que no le importas lo suficiente si no reacciona ante tu cambio de actitud.