contar historias y al humor. Préstales atención, sobre todo, a los hombres y a las mujeres menos atractivos. El objetivo debe notar que ahora eres tú el centro de atención. Puedes recurrir a técnicas memorizadas, como la de las fotografías, pero sólo para los obstáculos.
Si es necesario, dirígele otro nega al objetivo. Por ejemplo, si quiere ver las fotos, di: «¡De verdad, qué prisas tiene esta chica!».
Pregunta de qué se conocen las distintas personas del grupo. Si el objetivo está saliendo con uno de los chicos, averigua cuánto tiempo llevan juntos. Si es una relación seria, retírate con un «encantado de conoceros».
Si al llegar a este paso el objetivo no se ha dirigido a ti ni una sola vez, dile al grupo: «No quiero que vuestra amiga piense que la estoy dejando de lado. ¿Os importa que hable un poco con ella?». Siempre dicen que no les importa, que, si ella quiere, por ellos no hay problema. Y, si has ejecutado correctamente los pasos anteriores, ella querrá.
Aíslala del grupo diciéndole que quieres enseñarle algo y llévala a algún sitio donde podáis sentaros. De camino, intenta un quine. Cógela de la mano. Si ella te la aprieta, las cosas marchan. Ya tienes tu primer IDI.
Una vez sentados, despierta su curiosidad leyéndole unas runas vikingas, con un test de personalidad o con cualquier otra demostración que pueda divertirla.
Dile: «La belleza es algo común. Lo raro es encontrar a alguien con una energía realmente positiva, a alguien que tenga su propia visión de la vida. Dime, ¿qué escondes tú en tu interior? ¿Escondes algo que te diferencie de las demás?». Si ella se abre y te habla de sus sen