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Livros
Robert Louis Stevenson

La isla del tesoro

Un misterioso marino con una pata de palo se esconce en la posada Almirante Benbow y se hace llamar capitán. Cuando Jim Hawkins, el hijo del dueño de la posada, abre el cofre del capitan y se apodera del mapa de una isla desierta donde se esconde un legendario tesoro, nada volverá a ser igual. Jim, Squire Trelawney y el doctor Livesey se embarcan junto al capitán Smollet en la Hispaniola a la más fascinante aventura de todos los tiempos. Pronto, los aventureros descubren que la tripulación está formada por villanos a las órdenes de John Silver, cocinero y pirata a bordo, quien también codicia el tesoro… Súmate a las aventuras y peripecias de la Hispaniola y descubre la legendaria Isla del Tesoro.

Robert Louis Stevenson (1850–1894), fue un novelista, poeta y ensayista escocés y uno de los exponentes de la llamada novela-narración y del romance. Debido a una enfermedad en sus pulmones, viajó a múltiples destinos a lo largo de su vida en búsqueda de climas cálidos. La alegoría moral del bien y el mal está presente en sus obras que desencadena relatos de misterio y aventura.
245 páginas impressas
Publicação original
2021
Ano da publicação
2021
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Impressões

  • Roxana maciascompartilhou uma impressãoano passado
    👍Vale a leitura

    Bueno

  • Ignacio Javier Quijada Marchancompartilhou uma impressãohá 6 meses
    👍Vale a leitura

    Ya lo he leído y es bastante bueno de verdad me encantó

  • Martina Awe koppcompartilhou uma impressãoano passado
    👍Vale a leitura

    Bueno

Citações

  • Jesus dario Floresfez uma citaçãomês passado
    III. La Marca Negra
    Hacia el mediodía me
  • Jesus dario Floresfez uma citaçãomês passado
    esperaba, un cambio terrible se produjo en su rostro blanquecino, y profirió un juramento tan terrible, que me heló el alma. Entré rápidamente en la posada y él entonces se me acercó, recobrando su aire zalamero, y dándome una palmadita en el hombro me dijo que yo era un buen muchacho y que se había encariñado conmigo.

    —Tengo yo un hijo —me contó— que se parece a ti como una gota de agua a otra y que es el orgullo de mi corazón. Pero los muchachos necesitáis disciplina, hijo, disciplina. Si tú hubieras navegado con mi compadre Bill, no necesitarías que te lo dijera dos veces para entrar en casa, no… No eran esas las costumbres de Bill ni de los que navegaban con él. ¡Pero, mira! ¡Ahí viene! Con su catalejo bajo el brazo. Es mi compadre Bill. ¡Bendito sea! Tú y yo vamos a meternos dentro, hijo, y nos esconderemos tras la puerta; vamos a darle a Bill una buena sorpresa. ¡Dios lo bendiga!

    Y diciendo esto, entró conmigo en la hostería y me ocultó tras él, junto a la puerta. Yo estaba, como
  • Jesus dario Floresfez uma citaçãomês passado
    cantaba sus viejas canciones

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