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Liz Tomforde

Windy City 04 – Play Along

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  • alesinfez uma citaçãohá 10 meses
    Qué suerte tengo de poder amar y ser amada sin esfuerzo.
  • Ana Tradefez uma citaçãohá 15 dias
    Lo sé. Te veo, Kenny, aunque tú no me hayas estado mirando.
  • Ana Tradefez uma citaçãohá 24 dias
    esperando que si soy lo suficientemente divertido, si se la pasan bien conmigo, se quedarán.
  • Maya Cardielfez uma citaçãomês passado
    No han cambiado muchas cosas entre nosotros en los dos años que han pasado desde que nos dimos el sí quiero. Nos enamoramos más profundamente. Nos fuimos a vivir juntos y hace poco compramos una casa cerca de mi hermano y Miller. Salimos juntos y seguimos tachando las primeras veces que Kennedy no había vivido.
  • Maya Cardielfez uma citaçãomês passado
    Es como un suspiro de alivio cuando deslizo la mano por la espalda de Kennedy y la atraigo hacia mí. Ella se deshace en mis caricias, con la mejilla apoyada en mi pecho, una mano alrededor de mi cintura y la otra sujetando la mía hacia un lado.

    ―Te extrañé.

    Ella se ríe entre dientes.

    ―Han pasado dos canciones.

    ―¿Crees que eso importa?
  • Maya Cardielfez uma citaçãomês passado
    Es ese minivestido blanco, los Vans de plataforma y la cazadora de mezclilla de nuestra primera boda. Solo que esta vez, hizo que Indy bordara la parte de atrás. Señora Rhodes está cosido en hilo blanco y ahí es donde mis ojos están pegados, viéndola bailar con Max en la pista de baile.

    Él tiene sus manos entre las de ella, con sus pies apoyados encima de sus tenis, y le sonríe como si fuera la chica más hermosa que vio en su vida.

    En eso no se equivoca.

    Jodidamente amo a mi familia.

    ―El hombre del momento. ―Travis se para detrás de mi silla, con las manos sobre mis hombros, antes de que él y Cody tomen asiento a cada lado mío, los tres mirando hacia la pista de baile.

    ―Hiciste lo imposible. Conseguiste que esa chica se enamorara de ti ―dice Cody, uniendo su botella de cerveza a la mía―. ¿Cómo se siente?

    Doy un largo trago.

    ―Jodidamente genial.

    ―Deséame suerte para hacer lo mismo ―añade Travis.

    Cody y yo soltamos una carcajada.

    ―No hay oportunidad en el infierno ―dice Cody―. Natalie nunca lo haría.

    Me encojo de hombros.

    ―Nunca se sabe. Puede que lo haga.

    Natalie es la nueva entrenadora deportiva que Kennedy contrató para sustituirla la temporada pasada. Trav tiene un enamoramiento por ella desde su primer día. No puedo decir que envidie al chico que recibe ese rechazo constante, pero me identifico.

    ―La última vez que la vi, me dijo que mis glúteos se sentían tensos. Ya sabes lo que eso significa.

    Cody le lanza una mirada inexpresiva.

    ―No es lo que crees que significa. Solo significa que eres un catcher y que toda la parte inferior de tu cuerpo está jodida.

    ―Significa que me estaba mirando el trasero.

    ―Dios, suenas como Rhodes.

    Inclino mi botella de cerveza hacia la pista de baile.

    ―Y mira a dónde me llevó eso.

    Se repetirá la historia ????

  • Maya Cardielfez uma citaçãomês passado
    Lleva un ramo de flores en sus manos. Amarillas, creo. Elegido porque es mi color favorito, después de todo. Un vestido blanco, hecho a la medida de su cuerpo. A diferencia del anterior, este llega hasta el suelo y la tela se amolda a cada curva. Sencillo y discreto, le permite ser la estrella del espectáculo. Tan clásico y elegante como ella.

    Y esa sonrisa. Esa maldita y estremecedora sonrisa que me dedica. Me roba el aliento con lo arraigada, y lo feliz que está. Como si supiera, igual que yo, que este es nuestro sitio.

    Hola, articula desde el pasillo, con la alfombra roja por delante.

    Hola, le digo de regreso. Sacudo la cabeza con incredulidad porque, ¿en qué puto mundo lo hice tan bien como para tener el privilegio de ser yo quien la lleve al altar?

    Si lo pensara detenidamente, probablemente podría dar cientos de razones por las que no soy lo bastante bueno para vivir este momento, pero soy un egoísta, así que, en lugar de eso, simplemente mantengo el contacto visual con ella y cuento mis bendiciones.

    La música cambia, no a la canción original con la que llegó al altar, sino a algo un poco más clásico. El público se pone de pie y es entonces cuando ella da el primer paso hacia mí.

    Se ve despampanante y segura de sí misma, sin dudas ni vacilaciones en sus movimientos, y sé a ciencia cierta que es una imagen que esta vez no podré olvidar.

    Sobre todo cuando da un paso hacia mí y la punta de su zapato asoma por el dobladillo de su vestido. No lleva tacones en los pies, solo un par de tenis negros que le compré cuando estaba desesperado porque se sintiera lo bastante cómoda como para que estuviera dispuesta a pasar un rato conmigo.

    No puedo evitar reírme para mis adentros, y cuando mis ojos vuelven a ese bello rostro pecoso, ella se ríe conmigo, sin vacilar en sus pasos.

    Mierda, la amo.

    No puedo esperar a casarme con ella de nuevo.

    EL LA VE ENTRAR A LA IGLESIA Y AMOOO QUE NO PIERDEN SU ESENCIA

  • Maya Cardielfez uma citaçãomês passado
    Gracias, Monty... por todo.

    ―No me des las gracias. Eso fue todo tuyo, pero necesito ganar esta noche, así que deberías ir a decirle a tu esposo que te quedas.
  • Maya Cardielfez uma citaçãomês passado
    las manos en los reposabrazos, voy a levantarme de mi asiento para irme cuando ella desliza una carpeta por el escritorio hacia mí.

    ―¿Qué es eso?

    ―Tu expediente de empleada.

    ―Okey. ―Sale como una pregunta―. ¿Me lo llevo conmigo?

    ―No, es solo para uso interno, pero incluye tu historial laboral, tu formación y tu experiencia previa. Me lo dieron en recursos humanos el viernes por la noche.

    Abro los labios y dirijo mi atención a Monty y luego a ella.

    ―¿Ya lo sabías? ¿Te lo dijo Isaiah?

    ―No.

    ―Emmett sospechaba que algo estaba pasando, me llamó el viernes después de que Isaiah le dijera que te ibas, e investigué un poco. Ojalá hubieras dicho algo antes. Mi abuelo, que Dios lo bendiga, es un hombre dulce, pero a veces puede ser un poco controlado e inconsciente. He notado la forma en que Fredrick te ha estado tratando esta temporada. Ha estado en mi radar. Lo estaba observando, y te habría creído si me hubieras dicho la verdad.

    Santa mierda.

    Abro la boca para hablar, pero no sale nada.

    ―Yo debería haberlo visto antes ―interrumpe Monty―. Pero mi atención ha estado en dirigir un equipo entero. Es difícil ver todo lo que pasa en la casa club.

    ―No ―discrepo―. No, yo me lo callé a propósito, y tampoco dejé que Isaiah dijera nada.

    ―Bueno, muchos de los otros jugadores hablaron en tu nombre ―dice Reese―. Se corrió la voz de que estábamos investigando las cosas, y anoche todos los jugadores presentaron una queja formal en tu nombre, dando fe de primera mano de las cosas que oyeron que Fredrick te dijo. Él fue despedido esta mañana.

    Todo mi cuerpo se echa hacia atrás como si las palabras me hubieran abofeteado. En cierto modo, lo hicieron.

    ¿Qué?

    Reese se ríe al ver la expresión de mi cara. Ojos muy abiertos, boquiabierta, repitiendo internamente sus palabras para asegurarme de que las escuché bien.

    ―¿De verdad? ―Mi voz se entrecorta.

    ―De verdad.

    ―Bueno... ―Tartamudeo, tratando de ordenar mis pensamientos, tratando de encontrar algunas palabras, pero no puedo. ¿Qué demonios está pasando?

    Reese habla antes de que yo pueda.

    ―Parece que estoy en busca de un nuevo Jefe de Salud y Bienestar.

    Esto no puede estar pasando. Vine aquí con la intención de no volver a caminar por estos pasillos y ahora... Dios.

    ―No puedo. ―Sacudo la cabeza―. Will. Ese trabajo debería ser para Will. Es el segundo médico y estuvo aquí primero. Es el siguiente en la línea.

    ―Él no estaba aquí primero. Fuiste tú. Que es exactamente lo que dijo cuando hablé con él esta mañana. Está de acuerdo conmigo en que el puesto debe ser tuyo.

    ―¿Él dijo eso?

    ―Y no se sorprendió en absoluto cuando le hablé de tus cualificaciones.

    ―Ninguno de nosotros lo hizo ―dice Monty―. Kennedy, eres impresionantemente buena en tu trabajo.

    Me arden los ojos.

    ―Gracias.

    Reese se sienta hacia adelante.

    ―Entonces, ¿qué me dices? Como primera mujer dueña de un equipo, sería un honor para mí tener a la primera mujer médico del equipo.

    AAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHJJJ POR FIIIN MI NIÑA ES RECONOCIDAAAAAA LA AMOOOO

  • Maya Cardielfez uma citaçãomês passado
    Isaiah me da un beso en el hombro mientras apoya las dos manos en la valla metálica que tengo delante, encerrándome.

    ―Hola.

    ―Hola.

    ―Me gusta cuando sonríes, Ken.

    ―A mí también.

    ―Solo para aclarar, creo que eres impresionante todo el tiempo, pero ser feliz te queda jodidamente bien.

    Inclinándome hacia atrás, mi cabeza choca contra el centro de su pecho mientras esperamos a que empiecen los fuegos artificiales.

    Quizá nadie te hizo sentirte segura y por eso no eres cariñosa.

    Recuerdo esas palabras tan claramente. Las dijo aquella noche que fuimos a cenar cuando le pedí que me enseñara a ser mejor con la cercanía física.

    Entonces no lo sabía, pero tenía razón.
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