Solo contigo soy capaz de respirar;
sin ti, tropiezo, sufro y perezco.
Entrego mi alma a ti y solo a ti,
y rezo con todos mis latidos para que aprecies
mi regalo de una forma tan profunda que nada, ni el tiempo
ni la distancia, ni los cielos ni los infiernos,
pueda tocar este amor más allá de la razón.
Este amor sublime que jamás se romperá ni morirá.
Cuando estemos unidos, con esta unión que hacemos,
déjame convertirme en la estrella que te guíe,
a tus pensamientos, tus caminos y tus pasos,
y renuncia a la vida sin tu compañero de alma a tu lado.