El cuidado de la ropa

las tiene, puede sustituirlas introduciendo hojas de papel de periódico en bolas apretadas. También para las cañas de las botas existen hormas especiales que evitan la formación de pliegues. Si no dispone de ellas, puede introducirles un cilindro de cartulina. Para guardar los zapatos más delicados o los que no tenga previsto usar durante largos periodos, utilice las bolsas de tela que se venden en grandes almacenes o que puede confeccionar fácilmente con retales. Tenga siempre un par de cordones de reserva para cada par de zapatos, pero si se le estropea incluso el último par, podrá endurecer su extremo untándolo con esmalte incoloro

Mantenimiento
y limpieza del calzado

El calzado debe guardarse en un lugar separado del resto del guardarropa y de la ropa blanca, en un sitio fresco y seco donde pueda circular el aire sin dificultad. Si no tiene espacio para un zapatero adecuado, métalos en sus cajas, escribiendo en cada una el contenido. Antes de guardarlo, deje el calzado al aire durante al menos una hora y hágalo sólo cuando esté bien seco. Si a pesar de ello se ha formado en el zapatero olor de moho o un olor desagradable, lave sus paredes con una esponja humedecida con vinagre y déjelo secar bien antes de volver a utilizarlo.

Aplicación de elementos

BOTONES

Los botones pueden coserse con todo tipo de hilo, según el peso del tejido. Por lo general, es preferible utilizar una sola hebra en lugar de hilo doble, que tiende a anudarse. En el punto en el que tenga que coser el botón, fije el hilo con un par de pequeños puntos, a fin de evitar los nudos.
Para coser los botones con pie, haga numerosos puntos pequeños a través del tejido y el pie del botón, los suficientes a fin de fijarlo bien. Ponga el botón en posición tal que los hilos queden paralelos al borde de la abertura y el pie se alinee con el ojal; ello evitará que el pie del botón ensanche la abertura del ojal. En los botones con dos agujeros, después de fijar el hilo, saque la aguja por el primer agujero, métala por el segundo y sáquela por el revés del tejido, dejando el hilo un poco flojo. Volviendo al derecho, vuelva a meter el hilo en el primer agujero, después en el segundo y así sucesivamente, repitiendo hasta que el botón esté bien sujeto. Vuelva con la aguja al derecho de la labor y dé varias vueltas con el hilo debajo del botón. Después entre y salga varias veces del pie así obtenido, a fin de fijarlo, y al mismo tiempo facilitar el gesto de abrochar y desabrochar el botón. En los botones con cuatro agujeros, proceda de la misma forma, o entrando alternativamente primero en un par y luego en el otro de los agujeros, a fin de obtener dos líneas paralelas, o entrando en los dos pares opuestos y obtener así una cruz.
En los tejidos pesados, cosa los botones con el pie: asegure el hilo en la posición en la que debe coser el botón y, a continuación, salga con la aguja por uno de los agujeros. Apoye un alfiler o un palillo encima del botón. Entre con la aguja a través del segundo agujero y luego vuelva a salir a través del tercero. Después entre por el cuarto y cosa el botón como de costumbre. Quite el alfiler o el palillo, levante el botón del tejido a fin de estirar los puntos y enrolle el hilo en torno al pie formado por los mismos. Dé varios puntos en el pie para asegurar bien el botón.
Si el botón de cuatro agujeros está especialmente expuesto a posibles desgarrones, por ejemplo en prendas infantiles o delantales, pase el hilo por el primer par de agujeros, fíjelo y páselo por el segundo par, de forma que, aunque se rompan un par de hilos, el botón permanezca igualmente sujeto.
Si el tejido es grueso, como en los abrigos, o la prenda es elegante, no saque la aguja por el revés; simplemente pásela por debajo del botón, cogiendo el derecho del tejido, de forma que los puntos no se vean

Qué hace falta

Guarde en un único sitio todo lo necesario para la costura: además de agujas, hilos y tijeras, conserve los botones, los retales sobrantes y todos los accesorios que le vendan junto con las prendas nuevas. Puede utilizar costureros propiamente dichos, ya divididos en pequeños compartimentos y cajones, pero también una cesta o una caja, siempre que estén provistas de tapa. Conserve los accesorios pequeños, como agujas, botones y corchetes, en cajitas separadas, a ser posible con tapa transparente a fin de poderlos identificar con facilidad; si no, también puede fijar en el exterior, con un trocito de cinta adhesiva, uno de los objetos que contienen.
El equipo básico es el siguiente: un par de tijeras grandes bien afiladas y un par de tijeras pequeñas de bordar acabadas en punta; una cinta métrica; alfileres de acero inoxidable, a ser posible tanto con cabeza pequeña para los usos comunes como con cabeza grande y de color para los tejidos más gruesos, donde los alfileres normales resultan poco visibles; un dedal metálico; un jaboncillo blanco para marcar las telas oscuras y uno de color para las claras; imperdibles de diversos tamaños; botones para camisas; corchetes para faldas y automáticos de diversos tamaños; gomas, y un huevo de madera para remendar los calcetines.

patata cruda por la raya brillante y cepille bien.

pantalones de lana, pase una rodaja de

terrón de azúcar o dele unos toques con abundante vinagre blanco o agua oxigenada de doce volúmenes. También puede preparar una solución con medio decilitro de agua y dos pizcas de bórax, y sumergir por completo la prenda antes de lavarla en agua. También puede probar a montar una clara de huevo a punto de nieve con un poco de sal fina, aplicarla en el tejido y dejarla actuar durante media hora, antes de aclarar y dejar secar.
Para quitar el brillo de los tejidos oscuros, frótelos delicadamente en el sentido del pelo con un paño empapado en agua y vinagre. Para eliminarlo en los tejidos claros, páseles a contrapelo un cepillo suave. Para que desaparezcan de los tejidos de lino los cercos claros y brillantes, moje un paño limpio con agua y un poco de vinagre blanco, apóyelo en el tejido durante unos minutos y pase ligeramente la plancha. Si un planchado incorrecto ha provocado marcas brillantes en los

Sábanas
Si el borde está bordado, plánchelo del revés antes de proseguir. Doble la sábana por la mitad, haciendo coincidir el borde superior y el inferior, y vuelva a doblarla por la mitad de forma que el primer pliegue coincida con el borde. Extienda la sábana sobre la mesa y planche el lado opuesto al del borde, apoyando la sábana planchada en una silla y alejándola a medida que avance. Si el borde no está bordado, dele la vuelta a la sábana y planche el lado del borde. Doble la sábana por la mitad, haciendo coincidir ambos lados, y luego de nuevo por la mitad. Si la sábana tiene puntos de ajuste, vuelva hacia dentro la parte de la goma y planche todo el marco formado por el borde plegado.
A continuación, doble la sábana por la mitad haciendo coincidir los bordes laterales, de nuevo por la mitad, y planche primero un lado y después el otro.

Arreglo de los errores

Si ha usado la plancha demasiado caliente y la prenda ha quedado ligeramente chamuscada, frótela con un

Pantalones
Planche del revés los bolsillos, después la cintura y por último las perneras. Vuelva los pantalones del derecho, haga coincidir las costuras de ambas perneras en el centro y aplánelas, sosteniéndolas por el borde. Extienda los pantalones en posición horizontal, doble hacia la cintura la pernera superior y planche el interior de la inferior. Haga coincidir de nuevo las perneras y deles la vuelta a los pantalones de forma que la pernera que estaba debajo ahora esté encima. Doble la pernera hacia la cintura y planche la parte interna de la otra pernera. Aplane de nuevo las perneras y planche el exterior, pasando bien sobre las rayas.
Planche los vaqueros de la misma forma pero sin raya, manteniendo la plancha a temperatura media para no restar consistencia al tejido.

Dóblelo por la mitad y planche primero una cara, y a continuación, la otra, sin pasar la plancha por las líneas del pliegue.
Para las servilletas, después de planchar por el revés bordes y bordados, deles la vuelta y plánchelas del derecho. A continuación, dóblelas, pasando la plancha por las líneas del pliegue.

Manteles redondos

Si el mantel es redondo, planche primero el borde externo y a continuación avance hacia el centro.