Una breve historia del jardín

Los jardines contemporáneos parecen haber abandonado el principio de la gruta como refugio ante la mirada.

En su complejidad, el jardín resume a la vez una cosmogonía y un modelo de sociedad.

prescripción de los ingredientes necesarios para la composición de un jardín está presente a lo largo de la historia de manera continua y, sin prejuzgar la forma, el estilo o la filosofía desarrollados, nos ofrece siempre la misma lista: flores, frutos, agua, hierba y luz; será necesario un río o un estanque, una alineación de árboles y un bosquecillo, una empalizada o un seto, una terraza o un prado salvaje, un cenador, un mirador, un teatro de vegetación, una zona de juegos, una perspectiva… y nunca se habla de la “gruta”. Pero aun así se construye. Si la cavidad natural no se cuenta entre los elementos que ofrece el lugar, se construye.

jardín de noche pertenece a la noche, a las lechuzas y a las estrellas. Iluminarlo como si fuese de día es quitarle la parte prohibida a la que cada uno debe acceder algún día.

actualmente ya no se trata de ordenar los efectos de naturaleza según un grado de artificio humano, es porque la propia palabra ‘naturaleza’ se cuestiona. Primera, segunda o tercera naturaleza ya no significan nada, está solo la naturaleza, un conjunto vivo que incluye sin distinción a los seres humanos, las plantas y los animales, pero también a las rocas, los vientos, el agua, los mecanismos ordinarios del planeta considerado como un ser vivo.

Aun así, ¿tendría que reducirse la historia del jardín a la historia de las formas?

podría hacer uso de él como se quisiera. El “patrimonio histórico” prohíbe esta libertad. La arquitectura, incapaz de evolucionar por sí misma, hecha de elementos inertes cuyo futuro es la ruina, se opone aquí a la naturaleza inventiva organizada según relaciones biológicas en constante evolución.

huerto de Roche-Guyon ilustra perfectamente el problema del jardín (del jardín en general) ante la historia y el patrimonio. El patrimonio no sería más que una herencia si no estuviera congelado en la figura del pasado.

Nos dan el jardín de la historia sin darnos a los jardineros que van con él. Sustituir la mano de obra trabajadora por la química devastadora no es una solución.

Para el arquitecto de Monumentos Históricos, lo único que prevalece es la imagen, lo que se haga dentro del jardín importa poco. Desde las ventanas del castillo tiene que poder leerse a la perfección el dibujo imaginado por los fundadores del huerto;