Fue el guerrero más noble, más generoso y más puro que haya pisado la tierra. Sus enemigos lo honraron y alabaron con el sobrenombre de ‘Grande’ que muy pocos han merecido en la Historia. Nació y se crió entre soldados, y la primera vez que aparece en la Historia peleaba espada en mano para defender el honor y las vidas de unos judíos conversos.Fue adalid de la Frontera y capitán de lanzas en la guerra de Granada. Mandaba y combatía a pie y a caballo, y siempre protegió a sus hombres. Escaló el primero una muralla y estuvo peleando agarrado a una almena. Su buen hacer atrajo la atención de los Reyes que después llevaron nombre de Católicos, que le brindaron su amistad y su confianza.El rey Fernando le dio el mando de un cuerpo expedicionario muy pequeño, el primero que salía de España en muchos años, y con él expulsó a los franceses del reino de Nápoles. Vino una paz ficticia, los franceses volvieron a invadir el Reame y Gonzalo volvió a echarlos. Fue amigo de sus amigos y de sus enemigos; fiel a sus hombres, a su esposa y a sus reyes. Exhortó al Papa a que llevara buena vida. Regaló un reino a su rey. Por lealtad a su rey renunció a ser rey, y por no servir a otra bandera rehusó las ofertas de Génova, Venecia, del emperador y del Papa que lo postulaban como máximo mando de sus ejércitos. Fue un guerrero y un general excelente. Fue el Gran Capitán.