Un malestar indefinido

Pues en ese caso prueba con la lavanda. Y mantén una actitud positiva y centrada. Recuerda, nada de quedarte en la cama despierta. Levántate y haz algo que no requiera un gran esfuerzo mental. Vacía el lavaplatos. Ponte a planchar. O quizá te vaya bien hacer un puzle. Alguna cosa relajada y agradable. ¿De acuerdo?

Escribir me ha salvado la vida. Durante este último año, escribir ha sido lo mejor después de dormir. A veces incluso mejor que dormir. Me siento cuerda cuando escribo, mis nervios se relajan. Me siento cuerda, cuerda. Soy feliz. Cuando escribo, no sucede nada más, incluso aunque lo que escribo resulte ser malo. Parto de un abierto y escurridizo subconsciente informe al que podemos llamar «yo», que se define por no ser nada ni estar en ningún lugar, por ser tan solo el silencio en el que se mueven las formas. Y entonces aparecen las palabras. Palabras que embridan cosas. Surge el bienestar de lo organizado, de pastorear el caos, de no tratar de abolirlo, pero sí de pastorearlo hacia los márgenes, alejando el problema de la infinidad y la entropía. Creando la ilusión de lo completo. Y, de algún modo, empiezo a verme a mí misma ahí fuera, en las palabras que he creado, ahí fuera en sus múltiples mundos, fragmentada y libre.

mente es una cacofonía. Piensa cosas útiles, y por cada cosa útil piensa otras cuatrocientas inútiles y repetitivas, y de estas cosas inútiles y repetitivas un número significativo resulta ser tóxico. Propuestas y antipropuestas. Destripamientos del yo. Destripamientos de otros. Terrores. Arrepentimientos. Reprimendas. Viejas trifulcas. Todo eso me llega como un farfulleo indistinguible, como unos fuegos artificiales que no paran de estallar y disiparse, imposibles de entender e imposibles de asimilar. Tan solo un continuo restallido y chisporroteo estallando en mi cabeza.

«No voy a tranquilizarte, tienes que aprender a mantenerte en pie por tus propios medios, tienes que aprender a cambiar tu manera de pensar.»

secos».
¿Cómo sería vivir y pensar como los pirahã? ¿Cómo sería un mundo en el que se xibippiioba continuamente? Nada de enloquecidos carretes de acontecimientos que se suceden en el tiempo, todos encadenados y arrastrados cada uno por el siguiente, un acontecimiento provoca el siguiente, un acontecimiento tiene la culpa del siguiente, un dolor del pasado contenido en un dolor del presente que causará un dolor futuro: no. Nada que cruce los límites entre la experiencia y la no experiencia. Tan solo cosas que aparecen y desaparecen por el meandro del río.

En cuanto a la continua desaparición del presente, bueno, también tenemos el continuo nacimiento del presente. Un nacimiento para la vida del ahora; sin muertes, sin interrupcione

echan la culpa unos a los otros, sobre la culpa que sentía ella misma por la desdicha de sus padres y la suya propia; pensó que si parte de esa desdicha era culpa suya, podría arreglar al menos esa parte. Ese Halloween vio a su padre recriminarle a su nueva esposa la muerte de la perra y vio a su nueva esposa recriminándolo por preocuparse más por la muerte de la perra que por ella. La niña solo quería estar sola en la vieja casa, en la casa de la perra como la llamaba ahora, para tocar las cosas que había tocado la perra, para recoger algunos de sus pelos de la alfombra y llevárselos, para sentarse entre sus pulgas.

Durante los dos últimos años, la niña había aprendido mucho sobre cómo se tratan los adultos entre sí, sobre cómo se

El miedo es una respuesta a una amenaza, la ansiedad es una respuesta a la percepción de una amenaza:

tiempo es lo que separa la vida de la muerte