Mundos alternos

El gran abrevadero de la ciencia ficción es la especulación, ese famoso “¿y si…?”.

Quería que él entendiera lo que costaba tomar el beso de Joiry sin que este fuese ofrecido.

no era oscuridad, sino un vacío; no la ausencia de luz, solo la simple nada.

Es un problema moral, en realidad. ¿Tengo el derecho de esperar?

Hay una historia antigua sobre un hombre que llegó a un país donde todos eran ciegos. Así soy, pero ellos no me sacarán los ojos. Nunca los dejaré saber que puedo ver.

honestamente, hay adultos que no saben mucho

Los doctores y sacerdotes nunca traicionan un secreto. Los doctores muy pocas veces, los sacerdotes nunca. Supongo que me parezco más a un sacerdote, por el tipo de doctor que soy.

Ayudar a gente que está terriblemente asustada –dijo el psiquiatra con amabilidad–. Ayudar a gente en problemas, regresar las cosas a como eran, arreglar cosas, desenredar lo enredado. Cuando puedo, eso es lo que hago; y nunca le digo nada a nadie. Todo queda entre la persona y yo.

Hago tanto, tanto esfuerzo para llegar a un lugar donde podamos hablar, o por lo menos, donde pueda escucharte bien.

Russ veía la ira como una parte importante tanto de la política como del arte, señalando que “de ahora en adelante, no confiaré en ninguna persona que no esté enojada”.