Para 1940, 44% de la población escolar estaba inscrita en 21 784 escuelas primarias oficiales; las federales superaban ya a las estatales. Más de las tres cuartas partes eran rurales y atendían tan sólo a 40% de la inscripción total. Eran, en su mayoría, planteles de uno, dos o tres grados y únicamente 2% llegaba a 6°, de tal suerte que de cada 100 niños campesinos que iniciaban su educación primaria, sólo cuatro llegaban al sexto año, mientras que 55% de las escuelas urbanas eran de organización completa.