Liderazgo

Cualquiera de los dos estilos de comunicación, el directo o el indirecto, es exitoso si los participantes conocen las reglas.

siempre es mejor decir exactamente lo que queremos decir, el no ir directo al grano es un elemento fundamental y muy común en la comunicación humana.

Cualquiera que no esté cómodo con este estilo lingüístico —e incluyo tanto a hombres como a mujeres— corre el riesgo de parecer inseguro sobre sus propias ideas.

En otras palabras, aceptar la responsabilidad de los errores y admitirlos es una estrategia igual de efectiva, o mejor, en según qué situaciones.

Las diferencias rituales quizás son más problemáticas cuando pensamos que todos hablamos el mismo lenguaje.

asociamos las formas de hablar a las cualidades morales: nuestra forma de hablar dice quiénes somos y quiénes queremos ser.

Cualquier comunicación funciona en dos niveles. Todos conocemos el primero: el lenguaje comunica ideas. El segundo nivel es prácticamente invisible para nosotros, pero juega un papel muy poderoso en la comunicación.

Todo lo que se dice se tiene que decir de una forma determinada: con un determinado tono de voz, a una cierta velocidad y con un volumen determinado. Normalmente, pensamos en lo que vamos a decir antes de hablar, pero raras veces pensamos en cómo lo vamos a decir, a no ser que la situación sea muy importante —por ejemplo, en una entrevista de trabajo o en una importante evaluación de rendimiento—.

Parece trivial, pero maximizar el espacio físico de tu cuerpo mejora considerablemente la reacción de la audiencia hacia ti, independientemente de tu altura.

La comunicación no es simplemente decir lo que quieres decir. En la comunicación es sumamente importante cómo dices lo que quieres decir, y esto difiere de una persona a otra porque la manera de usar el lenguaje es un comportamiento social aprendido: nuestra experiencia cultural influye en gran medida en nuestra manera de hablar y escuchar.