Historia de la mujer caníbal

¿Existe en la Tierra algún lugar amable con las mujeres solas?

¿Qué hacer con el pasado? Es un cadáver del que cuesta deshacerse. ¿Debemos embalsamarlo, conservarlo idealizado y permitir que dirija nuestro destino? ¿Debemos enterrarlo sin honores, deprisa y corriendo, para así olvidarlo por completo? ¿Debemos metamorfosearlo?

La desdicha, como la felicidad, es una costumbre que adquirimos al nacer y de la que nunca podemos deshacernos

infancia es un mito, un constructo senil de los adultos. Yo nunca he sido niña.

¡Si pudiera rehacer su vida igual que la cama después de pasar una mala noche! Por desgracia, nadie puede hacer eso. La desdicha, como la felicidad, es una costumbre que adquirimos al nacer y de la que nunca podemos deshacernos.

La pena es una experta corredora de maratones y nadie más que ella controla su carrera.

las tres eses de los trópicos: sol, sida y subdesarrollo

todo se desvanecía a medida que una salía de allí e iba adentrándose en los barrios residenciales. La ciudad se volvía rectilínea, fría e inmaculada; se transformaba en una flor venenosa y anacrónica, artificialmente cultivada

nunca había llegado a acostumbrase a aquellas ropas europeas, a la multitud «que ignora su propio grito»[34] y que, junto con sus trajes tradicionales, parece haber perdido las ganas de vivir.

En Times Square, sobre la muchedumbre de mirones, los neones violaban la negrura.