Poesía completa

Señor

Tengo veinte años

También mis ojos tienen veinte años

y sin embargo no dicen nada

CONTINUIDAD
No nombrar las cosas por sus nombres. Las cosas tienen bordes dentados, vegetación lujuriosa. Pero quién habla en la habitación llena de ojos. Quién dentellea con una boca de papel. Nombres que vienen, sombras con máscaras. Cúrame del vacío —dije. (La luz se amaba en mi oscuridad. Supe que no había cuando me encontré diciendo: soy yo.) Cúrame —dije.

Vigilas desde este cuarto
donde la sombra temible es la tuya.
No hay silencio aquí

Extraño desacostumbrarme
de la hora en que nací.
Extraño no ejercer más
oficio de recién llegada.

ahora
en esta hora inocente
yo y la que fui nos sentamos
en el umbral de mi mirada

Vida, mi vida, déjate caer, déjate doler, mi vida, déjate enlazar de fuego, de silencio ingenuo, de piedras verdes en la casa de la noche, déjate caer y doler, mi vida

un golpe del alba en las flores

me abandona ebria de nada y de luz lila

ebria de inmovilidad y de certeza

he nacido tanto

y doblemente sufrido

en la memoria de aquí y de allá

alguna vez

alguna vez tal vez

me iré sin quedarme

me iré como quien se va

has construido tu casa

has emplumado tus pájaros

has golpeado al viento

con tus propios huesos

has terminado sola

lo que nadie comenzó