Roger Icaza López

—Yo hablo de lo otro. De la adolescencia. ¿Duele

Entonces sentí un dolor en el estómago y otro más dentro, en el ánimo.

La belleza es así. Es un instante perfecto que te acompaña para siempre.

Yo seguí jugando como si no oyera nada, pero todos los niños aprenden a jugar así. Lo hacen con el estómago duro y los puños apretados

Eres bueno pero has hecho cosas malas

Sé que fue lo correcto, pero no entendía por qué a veces hacer lo correcto dejaba esa sensación de dolor.

Hola, Fer… —mi hermanita entró al cuarto—. ¿Te duele mucho?

—Ya no tanto —levanté la mano con la férula—. Pero me da comezón.

—Yo hablo de lo otro. De la adolescencia. ¿Duele?

Sonreí.

—Un poquito, pero si tienes amigos, escuela y cosas qué hacer, no duele nada.

Se quedó pensando en mis palabras, evaluando que yo no tenía nada de eso.

Lo malo de compartir un secreto es que la curiosidad, en lugar de extinguirse, crece como un incendio.

Lo malo de compartir un secreto es que la curiosidad, en lugar de extinguirse, crece como un incendio

Lo malo de compartir un secreto es que la curiosidad, en lugar de extinguirse, crece como un incendio