Don Eligio le dijo: así no, y le enseñó a controlar la luz, la profundidad de campo, a respirar, a percibir el instante del disparo, a encuadrar. Debes tener mirada de bisturí —señaló su ojo derecho y tiró del párpado inferior—, debes aprender a cortar con la mirada antes de cortar con la cámara.