La comunicación mediante el lenguaje nos permite construir una cultura, conocer cosas sin haberlas vivido, trascender el presente; todo esto tiene, en términos evolutivos, un gran valor adaptativo, ya que podemos sacar provecho del saber acumulado a lo largo de las generaciones y así, por ejemplo, acceder a innovaciones hechas por otras personas separadas de nosotros en el espacio y en el tiempo o evitar situaciones peligrosas sin tener que sufrirlas ni una sola vez.