Concepción Roger

Ninguna de estas ideas es realmente nueva, ni este fenómeno tampoco lo es, pero con la eclosión de las redes sociales y su efecto amplificador se ha dado mayor visibilidad y virulencia al conflicto.

fin y al cabo, adaptarse al hijo, o que el hijo se adapte a los padres

Juzgamos lo diferente porque nos da miedo lo desconocido. Pero si lo pensamos fríamente, ¿qué amenaza puede suponer que una persona eduque a sus hijos de un modo diferente al nuestro

Esta disonancia cognitiva está en muchas ocasiones detrás de las feroces críticas que vierten algunos padres sobre aquellos que piensan y actúan de un modo diferente al suyo, porque perciben estas diferencias como amenazas.

La presión y el juicio social al que son sometidas explicarían estas «guerras» entre madres, debido a que generan un estado de tensión e inseguridad que acaban desembocando, tal y como hemos visto, en el juicio y crítica a los otros como modo de defensa y autoafirmación.

Pero todas tienen algo en común: que simplemente por ser mujeres lo tienen más difícil que sus parejas (si son hombres, claro

Pero ¿cuántos hombres deciden reducir su jornada al convertirse en padres?

muy modernos que nos creamos. O al menos es lo que nos dicen los datos. Las madres trabajan más, cobran menos, tienen menor proyección laboral, menos reconocimiento social y en demasiados casos, también familiar

nuestra casa no es un sitio donde prima la igualdad, el respeto y, sobre todo, el reconocimiento, ¿cómo podemos esperar que eso empiece a darse fuera

en ocasiones pecamos un poco de egocentrismo: tendemos a hacer más grandes las dificultades del momento en el que nos encontramos, y nos olvidamos con mucha facilidad de las que tuvimos que enfrentar en el pasado