Joumana Haddad

Censura el cuerpo y estarás censurando la respiración y el discurso a la vez. Tu cuerpo debe ser escuchado» (Hélène Cixous)

Es el hombre un error de Dios? ¿O es Dios un error del hombre?» (Friedrich Nietzsche)

Y leía, sobre todo, para poder honrar la promesa que me había hecho a mí misma de que un día mi vida sería diferente

Tu imaginación es tu reino. En tu mente todo está permitido. TODO es posible. Abre las ventanas de par en par, y no temas ni tus transgresiones ni tus alucinaciones»

Ella era Qayah Sarrafian, hija de los mártires Marine y Nazar, hija adoptiva de los difuntos Vartouhi y Grigor. Corrían por sus venas la espesa sangre de la rebeldía y un licor adictivo llamado dolor.

Pero en los dieciocho meses del compromiso matrimonial arreglado lo fue conociendo y se dio cuenta de que auténticamente la respetaba y la cuidaría. En ese momento era todo lo que importaba.

¿Cuánto pesa un corazón? Un corazón vacío, un no-corazón, sin la carga de amor, pasión, decepción, expectativa, afecto, dolor, entusiasmo, deseo, arrepentimiento, duda, enojo, resentimiento, calidez, ambición, fe, ansiedad, sospecha?

Los que se nos mueren nunca se van, ni siquiera cuando los dejamos.

Estaba nomás ahí sentada, observando a los otros con actitud distante.

Algunas se hacían madres por el florecimiento de la carne, otras por los martilleos del corazón.