apoyada en mi pelo. —Me gusta todo en ti —manifestó con voz ronca—. Estas preciosa a la luz de las velas, ¿sabes? Tus ojos son como el jerez en una copa de cristal y tu piel resplandece como el marfil. Pareces una hechicera a la luz de las velas.
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Lorhena Corviscompartilhou uma impressãoano passado