El sujeto que pide ser representado, en este caso la mujer, es producido por el sistema mismo. Este segundo aspecto nos obliga a acercar el concepto de performatividad a la teoría foucaultiana del poder, de la que es una concreción. Foucault ha ido más allá de una imagen puramente represiva del poder, que deja muchos fenómenos sin explicar, hacia una concepción en el que el poder es productor de realidad. Influida por el contexto postestructuralista americano, muy marcado por la deconstrucción derridiana, Butler recoge de Foucault la idea de que el poder o la «ley», como ella refiere normalmente, no se define solamente por su exterioridad ni por su negatividad. Aunque prohíba, limite y reprima, las relaciones de poder, allí donde actúan, son esencialmente productivas y creadoras de realidad.