Sin embargo, Rembrandt no pasó mucho tiempo en el estudio de Lastman. Éste, a pesar de ser enormemente superior a Swanenburch, también reunía todos los vicios de los italianizantes. De ahí la mediocridad de su arte. Sin alcanzar el estilo del uno ni la sinceridad del otro y carente de una técnica original, se limitó a proseguir en sus intentos por lograr una fusión irrealizable