Amores indelebles
Se querían, ¡claro que se querían!
Eran de esos amores en los que se disuelven los temores. De esos amores que se dan una vez en la vida, de los que se transforman en herida y medicina.
Disfrutaban cada segundo como si fuera el último, se elegían y volvían a elegir a cada momento y hacían el amor como si no existiera el tiempo.
Estaban hechos a la medida, les gustaba escuchar a Piaf mientras cantaban y reían.
Pero al destino le dio la gana de hacerles una mala jugada. Después de cada jornada, ella lo esperaba, pero lo que recibió fue aquella llamada que terminó rompiéndole el alma.
Gritó tan alto que hasta la luna sintió su dolor: su amor, el que la adornaba de primaveras de enero a diciembre, se había ido para siempre.