Héctor Palacios

  • Mariana Lujambiofez uma citaçãohá 9 dias
    Leemos para divertirnos, para asombrarnos, para descubrirnos, para (re)conectarnos, para extender nuestro mundo y compartirlo con quienes amamos.
  • Mariana Lujambiofez uma citaçãohá 9 dias
    , el apego a algo o a alguien, la sorpresa ante lo repentino de la muerte, la insatisfacción de algo que no pudimos consumar en vida
  • Eric Hood Figueroafez uma citaçãohá 4 meses
    A pesar de nunca haber visto uno, me gustaba inventar la conclusión trágica o idílica de esas historias, dar vida a los detalles y dar con el origen de su deseo insatisfecho para, a partir de ahí, revelar el espejismo de su conclusión.
  • Valentina Paloma Ochoa Chávezfez uma citaçãohá 4 meses
    Hoy es la final, sigo con la explicación como si fuera el único en saberl
  • Valentina Paloma Ochoa Chávezfez uma citaçãohá 4 meses
    Hoy es la final, sigo con la explicación como si fuera el único en saberlo.
  • Valentina Paloma Ochoa Chávezfez uma citaçãohá 4 meses
    esos zapatos de suela de caucho, los únicos que le he visto usar desde que lo conozco,
  • Valentina Paloma Ochoa Chávezfez uma citaçãohá 4 meses
    él hace el esfuerzo para que sus zapatos parezcan nuevos
  • el internet piola ayuda porfavorfez uma citaçãohá 4 meses
    ¿Maestros? ¿Quién necesitaba maestros, si lo tenía a él para mostrarme el mundo que yo quería ver?

    De modo que muchas veces durante el receso se nos ocurría algún plan y nos escapábamos. No me faltaban los argumentos para justificar en casa las horas de la tarde que pasaba con él: un evento, la biblioteca, la tarea en casa de alguien, una investigación de campo, cualquier cosa servía. Y, en parte, era verdad. Entrábamos a ver lo que estuvieran proyectando en la videosala, nos íbamos a la Biblioteca Iberoamericana a trabajar en el cómic, a leer e intercambiar autores, a hacer investigación de campo para alguna de nuestras historias. L
  • el internet piola ayuda porfavorfez uma citaçãohá 4 meses
    la leyenda de la chica a quien habían obligado a casarse con un próspero hacendado mientras se hallaba ausente el hombre a quien amaba, un modesto campesino. Después de haber dicho, contra su voluntad, «sí, acepto», se encontró entre la multitud de invitados con la mirada del campesino. Llena de vergüenza, huyó despavorida, corrió con todas sus fuerzas en dirección a la cañada sin que nadie pudiera alcanzarla, y ni siquiera hizo por detenerse un instante en la curvatura de la última roca antes de saltar.
  • el internet piola ayuda porfavorfez uma citaçãohá 4 meses
    Ahora, con el paso de los meses, he podido entender cuáles son los verdaderos fantasmas, la memoria de aquellos días que no deja de repetirse como un gif atrapado en la realidad, un relato que busca la manera de llegar a su justo final, y al igual que con aquellas viejas historias, no me queda más remedio que escribir para reinventarlo
fb2epub
Arraste e solte seus arquivos (não mais do que 5 por vez)