Aurora Bernardez

sino un híbrido, una amalgama.

–Me gusta su manera de citar los versos sobre la ciudad. Usted habla bien el griego. Se ve que es escritor.

Nuestros actos cotidianos son en realidad la arpillera que oculta la tela laminada de oro, el significado del diseño. Por medio del arte logramos una feliz transacción con todo lo que nos hiere o vence en la vida cotidiana, no para escapar al destino, como trata de hacerlo el hombre ordinario, sino para cumplirlo en todas sus posibilidades: las imaginarias.

Quería hablarte también de Nápoles, esa Nápoles invernal y gris que nunca se ve como Nápoles, o como cualquier ciudad existente, pero es un hecho interesante y curioso llamar Nápoles a esa ciudad laboriosa y obstinada, tan absolutamente no napolitana.

Pastor de almas, tú no puedes negarte jamás a subir al púlpito y explicar el evangelio. Yo aparezco solo en las fiestas, vestido de diablo, digo obscenidades, fustigo las costumbres y soy expulsado a gritos. Chao.

La poesía está hecha más de lo que se calla que de lo que se dice, o sea, es el arte de decir callando.
¡Buena bobada me has hecho decir! Está bien, así aprenderé a no soltar sentencias.

Espero que mi juicio no lo irrite. Se escribe para esto y solo para esto, no para gustar ni para asombrar ni para «tener éxito».

Naturalmente, el drama de los palestinos perseguidos tiene una especial resonancia porque sus actuales perseguidores han sufrido –ellos mismos o sus familias– las persecuciones más atroces e inhumanas bajo el nazismo e incluso mucho antes, durante siglos y siglos. Que los perseguidos de un tiempo se hayan transformado en opresores es para nosotros el hecho más dramático, aquel en el que parece más necesario insistir.