México aparece primero en ambientes, personajes y temas sólo germinales en novelas como Amberes, La pista de hielo, Monsieur Pain, Estrella distante; más tarde, pasa por un desarrollo más amplio y ambicioso en la colección de cuentos Llamadas telefónicas; y, finalmente, se convierte en centro narrativo de las obras mayores del autor chileno, Los detectives