Carol Isern

En su libro Acceptance: Passage into Hope, nos invita a practicar el gusto por una parte de nuestra experiencia (o del mundo o de nosotros mismos) que no nos guste. Por ejemplo, ¿hay alguna persona que te resulte difícil? Si es así, quizá puedas encontrar una única cosa en ella que te pueda gustar.

La autocompasión puede hacer que este sea un buen día. Cada día tiene aspectos buenos y malos, pero la amabilidad hacia ti mismo puede ser un hilo constante que te conduzca durante todo el día. Sea como sea tu día, tanto si te sientes bien como si te sientes mal, acuérdate de la autocompasión.

Cuando hablo de autocuidado, me refiero a quererte lo suficiente para poder cuidar de ti mismo.

Un ejemplo sería alimentarte exclusivamente con comida para llevar o con platos precocinados. Seguro que no tratarías a un invitado así… Entonces, ¿por qué te tratas a ti mismo de ese modo?

El autocuidado se nutre de la autocompasión. No es solo un concepto, es un comportamiento. Es una cosa que se hace. ¿Cómo lo puedes hacer hoy?

Así pues, no tiene sentido que te condenes por continuar deseando algo después de haberlo dejado. Lo que debes hacer es darte las gracias a ti mismo por haber tomado esa decisión en tu vida y dejar que esa necesidad y esa ansiedad desaparezcan. A no ser que la mantengas viva prestándole atención, se irá más pronto que tarde.

Por cierto, ¿quién quieres ser tú? ¿Quieres ser una persona que se queda a leer hasta tarde por la noche? ¿Quieres ser alguien que está en buena forma física? Cultiva una idea de quién quieres ser, haz que sea positiva y accesible. Date cuenta de que te lo mereces: si lo haces, te será mucho más fácil pasar por lo que debas pasar para llegar ahí. Vivimos en una época en la que la gente desarrolla dependencia hacia todo tipo de cosas. Sabemos que muchas personas dependen de ciertos medicamentos. Pero también existe la dependencia al juego, a los videojuegos, a la pornografía, etc. La lista es infinita. En fin, yo he conocido a personas que tienen dependencia a tejer

Todo lo que he dicho acerca de tu pasado se puede aplicar a tu futuro: tus elecciones estarán influidas no solo por lo que tú deseas, sino por condiciones impredecibles (una crisis económica, por ejemplo), y, a veces, por condiciones de las que no te das cuenta (una música triste en el supermercado)

El resultado de tus elecciones también está limitado por la buena o la mala suerte. A veces, en especial cuando miramos las elecciones que no salieron bien con la perspectiva del tiempo, es mejor preguntarse si en ese momento parecía una buena elección que criticarse por el resultado que esa elección tuvo.

Por tanto, tiene sentido ofrecer compasión a la persona que eras en el pasado y a la persona que serás en el futuro. No se trata de decir que apruebes cada una de las cosas que has hecho o que harás. Es cuestión de reconocer que eres un ser humano: a veces, tomarás decisiones que saldrán bien; a veces, saldrán mal por culpa de unas condiciones que no siempre están bajo nuestro control