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Giovanna Rivero

  • Alicia M. Maresfez uma citaçãoano passado
    A ella también, cuando canta, se le brotan azules como riachuelos subterráneos las venas de las sienes. Eso es cantar con amor, dice su padre. O decía.
  • Alicia M. Maresfez uma citaçãoano passado
    Miró a los pájaros y solo vio orgullo y belleza en su vuelo alto. Miró a las vacas, sus ojos lánguidos y piadosos, y se sintió mejor. Si no fuera pecado, si todo no fuera pecado, se habría sentado a mugir allí mismo, en medio de la granja. Sí, porque aunque en ese momento no lo sabía, de entre todas las cosas, eran las vacas las criaturas que Elise iba a extrañar con el corazón hecho un escarabajo. No a esos ruiseñores sin alma ni a los árboles colosales y de panza inflamada como una hembra encinta.
  • Alicia M. Maresfez uma citaçãoano passado
    ¿Qué día tiró usted el cuerpo al mar, Amador? ¿Cuándo fue eso? ¿Rezó? ¿Por lo menos, rezó?, insiste la mujer con los ojos húmedos, pero que no desaguan una sola lágrima, como si ella tuviera la potestad de administrar el alivio o la penitencia del llanto.
  • Alicia M. Maresfez uma citaçãoano passado
    La casa de la madre de Coronado se ha ido arrumando hacia la pared del fondo, pronto va a caber en el huertito de calaminas. Es lo que hace el sol del atardecer con las casas de techo bajo, las achica, las ovilla, arrastrando las sombras de los muebles hacia un punto discretamente luminoso.
  • Alicia M. Maresfez uma citaçãoano passado
    A través del vidrio, el pequeño vuelo de aquellos insectos estaba lleno de belleza. Eran moscas, la mayoría azules, y emanaban de los cuerpos como un espíritu metálico.
  • Alicia M. Maresfez uma citaçãoano passado
    Una florcita que se abría, un brote mínimo que nadie notaría, pero que estaba allí, con toda la contundencia de una vida nueva. Esas sí eran verdaderas piezas de origami, dobladas con tal delicadeza por una divinidad alta y perfecta que, aunque ella se esforzara, jamás podría imitar todos esos pliegues y bordes.
  • Alicia M. Maresfez uma citaçãoano passado
    Esa vez cultivaron soya. Y la soya a la larga los salvó. A la señora Keiko siempre le gustó pensar que el shinrei de su madre los había ayudado encarnándose en el espantapájaros que clavaron en medio del sembradío.
  • Michel Ornelasfez uma citaçãohá 2 anos
    Finalmente te casas con tu primo, aceptas que parte de tu cosecha se dañará, renuncias a la perfección.
  • Michel Ornelasfez uma citaçãohá 2 anos
    purificar la herida con el silencio.
  • Michel Ornelasfez uma citaçãohá 2 anos
    Tenemos que reunir fuerzas, Elise. El consejo de ancianos ayunará. Las madres ayunarán.
    —¿Y después del ayuno, Pastor Jacob?
    –El ayuno nos dará luz, Elise. Que no te gobierne la desesperación. El diablo se aprovecha de esas miserias.
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