Claudia Ramírez Lomelí

Eso me hizo darme cuenta de que el simple hecho de existir ya es algo grandioso. Si el universo es tan infinito y aun así yo estoy aquí para descubrirlo, tiene que ser porque mi existencia es importante.

como en su corazón no había luz, decidió que en el mundo tampoco debería haberla.

Alariel, la nación del sol, e Ilardya, el reino de la luna.

Alariel, la nación del sol, e Ilardya, el reino de la luna.

Alariel, la nación del sol, e Ilardya, el reino de la luna.

le había dicho que tenía que ser valiente, pues iba a llegar un día en el que, aunque el sol estuviera en el cielo, sus rayos no brindarían calor.

Su niño interno quería gritar que no iba a ir, pero lo acalló.

—Sí, adelante.

Incluso parecía estar sonrojada,

«Gracias», quería decirles. «Gracias, de verdad».

El dinero y el renombre de la familia no eran lo principal, sino que fueran solaris.