Doireann Ní Ghríofa

Puede que para mi profesora no sea real, pero lo es para mí.

¿Dónde estaba ella?

Me había convencido a mí misma de que soportar se

semejante dolor tenía que ser bueno si le proporcionaba placer a otro. Solo ahora veo que estaba convirtiendo mi cuerpo en otro ítem de mi lista de responsabilidades y que lo estaba haciendo sin su consentimiento

En este caso, mi trabajo consiste en eliminar una presencia.

Al decidir llevar a término un embarazo, una mujer entrega su cuerpo con una generosidad tan común y corriente que pasa desapercibida, incluso para ella misma. Su cuerpo pasa a estar regido por el altruismo, de forma tan instintiva como por el hambre.

Hasta el horror puede ser hogareño.

Al llevar a cabo esta lectura sesgada, me entrego en cuerpo y alma a rescatar vidas de mujeres en textos de hombres. Este experimento a la inversa revelará, espero, estas vidas ocultas, siempre presentes, pero cifradas en tinta invisible.

Había ido en busca de una vida estable, pero no había allí ninguna estabilidad, no había ningún control.

Máire creía que, si su preciosa Mary se casaba con un aristócrata, parecería siempre una palurda en comparación. Prefería que su hija fuera considerada noble en un matrimonio sencillo que sencilla en un matrimonio noble