Ray Bradbury

Beatty —pensó—, ahora no eres un problema. Siempre habías dicho: “No te enfrentes con un problema, quémalo”. Bueno, ahora he hecho ambas cosas. Adiós, capitán».

¡Cuán extraño desear tanto la muerte como para permitir a un hombre andar a su alrededor con armas, y, luego, en vez de callar y permanecer vivo, empezar a gritarle a la gente y a burlarse de ella hasta conseguir enfurecerla!

Tienes que recordarlo: quémalos o te quemarán —pensó Montag—. En este momento, resulta así sencillo».

No son libros lo que usted necesita, sino alguna de las cosas que en un tiempo estuvieron en los libros.

el millón de años esperando solo, esperando a que volviera alguien que nunca volvió

Había avanzado como un pálido leviatán marino por las aguas de medianoche del espacio

Nosotros, los habitantes de la Tierra, tenernos un talento especial para arruinar las cosas grandes y hermosas.

exprimió mentalmente el cuerpo hasta que todo el temblor le salió afuera

»Si usted me pregunta si creo en el espíritu de las cosas usadas, le diré que sí.

Cuando uno quiere hacer algo terrible se miente a sí mismo