es

Freida McFadden

  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãohá 16 dias
    Con solo echarle un vistazo, dirían: «Sí, tú serás la niña siniestra número tres».
  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãohá 8 dias
    Se le ha formado una uve de sudor en la camiseta, que se le pega a la piel, de modo que se le marcan todos los músculos. Y no son músculos de culturista, sino la musculatura firme de un hombre que se gana la vida con sus manos.

    Sí, vale, me lo estoy comiendo con los ojos, qué pasa.
  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãohá 7 dias
    Nina lo sabe todo.

    Acabo de ganarme un enemigo peligroso.
  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãoanteontem
    Entro en el baño y sujeto en alto la fotografía del rostro sonriente de Andy. Acto seguido, extraigo lo que me había metido en el bolsillo.

    Es un encendedor.

    Oprimo el pulsador hasta que brota una llama amarilla. Acerco la trémula luz al borde de la fotografía hasta que se prende. Observo cómo el apuesto rostro de mi marido se pone marrón y se desintegra, llenando el lavabo de cenizas.

    Entonces sonrío. Es mi primera sonrisa auténtica en casi ocho años.

    No puedo creer que por fin me haya librado de ese capullo.

    Cómo librarte de tu marido sádico y perverso:
    una guía escrita por Nina Winchester

    JAJAJA segunda teoría 💅🏻

  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãoanteontem
    Justo cuando pienso que voy a enloquecer, oigo una voz al otro lado de la puerta.

    —¿Nina?

    —¡Andy! —exclamo—. ¡Menos mal! ¡Me he quedado encerrada aquí! ¿No me has oído gritar?

    Se produce un largo silencio tras la puerta.

    —Sí, te he oído.
  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãoanteontem
    Paso número tres: descubre que tu marido es la maldad pura

    Es medianoche. Han pasado tres horas.

    He aporreado y arañado la puerta hasta clavarme astillas bajo las uñas. He gritado hasta desgañitarme. He pensado que, aunque él no quisiera sacarme de aquí, tal vez los vecinos me oirían. Pero al cabo de una hora, he perdido la esperanza.

    Estoy sentada en el catre, en un rincón de la habitación. Con los muelles del colchón clavándoseme en las nalgas, por fin dejo que las lágrimas se me deslicen por las mejillas. No sé qué planes tiene para mí, pero no pienso más que en Cecelia, dormidita en su cuna. Sola con ese psicópata. ¿Qué piensa hacer conmigo? ¿Y con ella?
  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãoanteontem
    —Has estado malita —dice—. Necesitas dormir todo el día. No te preocupes por Cecelia. Me aseguraré de que esté bien cuidada.

    Habla en un tono tan suave y cariñoso que empiezo a preguntarme si no me lo habré imaginado todo. Al fin y al cabo, ha sido un muy buen marido. ¿De verdad sería capaz de encerrarme en una habitación y obligarme a arrancarme el pelo? No me parece algo propio de él. ¿No será que me ha dado fiebre y todo esto no ha sido más que una horrible alucinación?

    No. No ha sido una alucinación. Ha ocurrido de verdad. Estoy segura.

    —Te odio —musito.

    Sin hacer caso de mi comentario, Andy continúa acariciándome el cabello hasta que se me cierran los ojos.

    —Duerme un poco —susurra con dulzura—. Es lo único que te hace falta.
  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãoanteontem
    Ellos lo saben. Saben lo que Andy ha estado haciéndonos. Y ahora nos ha drogado a las dos. Menos mal que ha venido la policía. Ahora un sanitario acuesta a Cecelia en una camilla, mientras a mí me colocan en otra. Saldremos de esta. Han venido a socorrernos.

    Un hombre vestido como un policía me enfoca los ojos con una linterna. Desvío la vista, crispando el rostro por la intensidad de aquella luz.

    —Señora Winchester —dice con sequedad—, ¿por qué intentaba usted ahogar a su hija?

    Abro la boca, pero no emito sonido alguno. ¿Ahogar a mi hija? Pero ¿de qué habla? Estaba intentando salvarla. ¿Es que no se dan cuenta?

    Pero el agente se limita a sacudir la cabeza. Se vuelve hacia uno de sus colegas.

    —Está demasiado ida. Por lo visto se ha puesto hasta arriba de narcóticos también. Llevadla al hospital. Llamaré al marido para comunicarle que hemos llegado a tiempo.

    ¿Que han llegado a tiempo? Pero ¿qué dice? Llevo durmiendo todo el día. Por Dios santo, ¿qué es lo que creen que he hecho?
  • Ivanna Peñaloza Acevedofez uma citaçãoanteontem
    —Aún no. Primero debo escarmentarte por desperdiciar electricidad.

    Estas palabras me provocan una angustiosa sensación de déjà vu. Me entran ganas de vomitar. Me agacho hasta acabar de rodillas.

    —Esto es lo que hay, Nina —dice—. Como soy muy buena persona, te ofrezco dos opciones. Puedes elegir entre la luz de esas bombillas o la oscuridad. La decisión está en tus manos.

    —Andy, por favor…

    —Buenas noches, Nina. Mañana seguimos hablando.

    —¡Por favor, Andy, no me hagas esto!
  • Marfez uma citaçãohá 6 meses
    Bueno, tal vez no lo deje. Pero quizá pida un aumento
fb2epub
Arraste e solte seus arquivos (não mais do que 5 por vez)