Trescientos cincuenta años después de Hobbes, las científicas biocomportamentales Shelley E. Taylor y Laura Cousino Klein plantearon que, al contrario de lo que se venía asumiendo desde hacía tanto tiempo, las mujeres en particular tienden a unirse ante el peligro para compartir preocupaciones y habilidades. Concluyeron que «el patrón de tend-and-befriend [cuidar y hacer amigos] es radicalmente opuesto al patrón de comportamiento fight-or-flight [lucha o huida], que se ha querido ver como la única respuesta posible de hombres y mujeres ante una amenaza. Algo que, en el caso de las mujeres, no tiene mucho sentido desde un punto de vista evolutivo. En ninguna especie abundan las hembras que abandonan a las crías a su suerte mientras ellas se enfrentan a un agresor. Tienden más a protegerlas y, en el proceso, a crear lazos con otras hembras que pueden ayudarlas a sobrevivir».